Lagarto Overo
El lagarto overo es un animal pacífico que habita una zona amplia de Argentina.
Nombre: Lagarto overo, iguana, tejú
Nombre científico: Tupinambis merianae o Salvator merianae
Familia: Teiidae
Alimentación: Los lagartos overos son omnívoros y muy voraces, su variada dieta está compuesta por huevos, aves, pequeños roedores, insectos, peces, moluscos y frutas.
Distribución geográfica en Argentina: Los lagartos overos habitan el centro y noreste de Argentina, desde la provincia de La Pampa, Buenos Aires, San Luis y Córdoba hasta la Mesopotamia y parte de la región chaqueña (este del Chaco y Formosa). Lugares donde se pueden observar: Parque Nacional El Palmar (Entre Ríos), Parque Nacional Pre-Delta (Entre Ríos), Isla Martín García (Buenos Aires), Parque Nacional Ciervo de los Pantanos (Buenos Aires).
Hábitat: En pastizales y zonas de humedales, cerca de ríos y lagunas.
Características: El overo es el mayor lagarto de Argentina, puede llegar a medir hasta 1,40 metros. La mitad de su cuerpo está formado por su cola. El cuerpo de color negro y con manchas transversales blancas está cubierto de escamas. Su coloración le permite camuflarse y pasar desapercibido ante algún peligro. Las patas posteriores son más largas que las delanteras. Su cabeza es grande y a medida que se vuelven adultos se le desarrolla una gran papada. En la boca se destacan los músculos desarrollados para masticar y una larga lengua bífida.
Comportamiento: Los lagartos overos tienen sangre fría, por lo cual es común verlos tomar sol durante buena parte del día. En los meses frio de invierno hibernan en cuevas o madrigueras. Los lagartos tienen hábitos diurnos.
Reproducción: Los lagartos overos son ovíparos. En los meses de octubre y noviembre es el tiempo de cortejo y cópula y en diciembre realizan los nidos donde las hembras ponen entre 25 y 35 huevos que se incuban solos con el calor del propio nido.
Conservación: Los lagartos overos fueron y son cazados por su cuero que se utiliza para marroquinería. Además la actividad agrícola y las fumigaciones destruyen su hábitat. En zonas pobladas los lagartos son atropellados en rutas y caminos, atacados por perros y perseguidos sin razón.